Hombros


No es fácil en esta vida, encontrar argumentos que sirvan lo mismo para las lecciones magistrales de los expertos, que para las sandeces de los ignorantes.

Me explico. En los últimos tiempos, por haber pedido una opinión en unas ocasiones, o soportando una arenga que en ningún caso he pedido en otras, he visto como a falta de mejores argumentos, los “hombros” han sido la excusa para poner pegas a un perro de exposición.

Cuando empecé a interesarme por este mundo de los perros de exposición, el frente de los terrier (en aquellos momentos) fue la lección que más me costó aprender. Sólo con la ayuda de un buen maestro (Alberto Velasco) y después de ver cientos de ejemplares durante los primeros años de afición, un buen día, como si de una revelación se tratara, me di cuenta de que veía y distinguía los buenos frentes de los malos.

Algún tiempo después, me empezaron a interesar otras razas y con los años crié unas pocas camadas de beagle, antes de empezar el Proyecto Nugabe con Raul. De lo que aprendí con los terries, sólo una pequeña parte me sirve en la actualidad para nuestros whippets. Sí señores, aunque pueda sorprenderles: lo que es deseable en un terrier, es un defecto en un lebrel. Este principio aplica para los diferentes grupos y dentro de cada uno, para las razas que lo componen.

¿Qué quiero decir? Pues que no se debe mirar ni juzgar con el mismo criterio, la posición de los hombros ni el movimiento delantero de un trotador (pastor alemán) con el de un excavador (fox terrier) o el de un galopador (whippet).

Ya sé que a algunos no les descubro nada. Lo malo es que a los otros, los que deberían reflexionar después de leer esto, es imposible enseñarles algo. Ellos ya lo saben todo.