Leo en un foro canino un comentario de un "prestigioso adiestrador español" desenmascarando el montaje de César Millán, el "encantador/estafador de perros" (inteligente y sutil juego de palabras el del figura ¿a que sí?).
¡Vaya! ¡Qué mala suerte la mía! Yo nunca he conocido a esta alta escuela de adiestradores caninos españoles, que con tanto éxito llevan décadas enfrentándose a problemas de conducta en nuestros perros y resolviéndolos con prontitud y solvencia. Tampoco, entre los criadores de aquí ni de ningún sitio, he visto jamás un detalle de tipo conductista que me llamara excesivamente la atención, ni entre los cazadores patrios, ni tampoco entre los ciegos con sus lazarillos.
Pero ahora todo el mundo a los que les expreso mi admiración por éste talentoso mexicano, me dice que no es para tanto, que todo eso ya lo sabían ellos.
Que sí hombre ¡que sí! Que ya os conozco yo.... a vosotros ¡tan sensibles y tan conductistas!.
Es verdad, César Millán emplea siempre la misma táctica para todos los problemas, a saber: observación, sentido común, perseverancia y sensibilidad. ¿Acaso existe otra?.
¡Listos, más que listos!