Tan sólo algunos privilegiados, entre los que se encuentran Ignacio y su admirado Josep Plà, sedientos de dósis constantes de realidad, se pueden permitir la licencia de prescindir de cualquier elemento imaginario en sus lecturas. Los que padecemos una capacidad limitada para digerir más acontecimientos reales, pasados o presentes, preferimos la novela.
Tombuctú
Quizá no sea la mejor obra de Paul Auster, pero sí una de las más entrañables. Está escrita en primera persona. Un breve resumen:
Mister Bones es un perro de raza indefinida, pero de una inteligencia muy precisa. No habla inglés, quizá porque se lo impide la forma de sus fauces, pero tantos años escuchando el incesante torrente verbal de su amo, han hecho que lo comprenda a la perfección, y que pueda pensar e interpretar el mundo con una sensibilidad muy canina y una sintaxis muy humana.
Mister Bones tiene siete años y ha vivido desde que era un cachorro con William Gurevitch, más conocido como Willy Christmas, desde que Santa Claus le habló desde el televisor, provocando en él una auténtica experiencia mística. Willy es un vagabundo, un poeta errante, un excéntrico superviviente de las revoluciones de los sesenta.
En un principio, se asoció con Mister Bones en busca de protección, porque la vida en las calles es muy dura. Pero lo que podría haber sido una mera alianza de conveniencia, se convirtió en algo mucho más intenso, un mutuo descubrimiento, un amor sin condiciones. Juntos han recorrido América, han sobrevivido a duros inviernos en Brooklyn y han vuelto a salir a la carretera con la llegada del buen tiempo. Y ahora están en Baltimore, viviendo la que quizá sea su última aventura en común: desde hace días Willy presiente que está llegando al final de sus días. Antes de dirigirse a ese otro mundo que él y Mister Bones llaman Tombuctú, quiere encontrar a Bea Swanson, la profesora del instituto que le abrió a Willy las altas puertas de la poesía, para confiarle lo único que le importa en la vida, sus setenta y cuatro cuadernos de poemas y al leal, inteligente, notable Mister Bones...
Raúl