Es curioso leer el Martirologio Romano. Ya se han perdido las saludables
costumbres de conocer nuestra cultura, la vida de los Santos, el "por qué" de
sus celebraciones, en definitiva, el origen del acervo cultural de todos
nuestros pueblos y pedanías con sus Patronos y Patronas, sus muchas veces
surrealistas festividades que, a buen seguro, algún antropólogo
nórdico calificaría de primitivas y salvajes.
Pues bien, en dicho libro, se hace referencia a
las vidas de innumerables Santos y Beatos que dieron su vida en pos de la
defensa de una Fe que ahora nos parecen inverosímiles. Tal y como reza dicha
publicación, "acabaron sus vidas damnatio ad bestias" o lo que es lo mismo,
"condenados a las bestias", arrojados al foso del Circo de muchas ciudades del
Imperio Romano para ser devorados por las fieras.
En el mundo cinófilo es lo que nos está ocurriendo (o lo que siempre nos ha
ocurrido). Los expositores, que somos quienes mantenemos y financiamos las
exposiciones, nos sentimos maltratados por Sociedades Caninas que nos someten a
horários dilatadísimos, trámites irracionales, formularios arcaicos y jueces
mediocres y sin escrúpulos.... acabando en muchas ocasiones damnatio ad bestias cuando salimos al ring y tras pagar un considerable "canon" por exponer nuestros
perros, somos devorados por el Aparato Cinófilo Español y no Español, ....sólo
que en esta ocasión ningún Pueblo ni Pedanía pondrá nuestro nombre a una de sus
calles, ni se lanzarán cohetes ni vivas en nuestro honor, más bién, seremos
nosotros quienes cogeremos silenciosamente nuestras calificaciones, dando
gracias por no haber sido insultados y despreciados por el Juez de turno....que
casi siempre es el mismo.
Santiago Sarasa Armendáriz