Extraño fruto


A Billie Holiday (1915-1959) la apodaban Lady Day. Fumaba marihuana desde los doce años de edad, consumía heroína y bebía  alcohol como si aquel fuera siempre el último día. Mister era el nombre del boxer de Billie Holiday. No era nada habitual entonces, que una cantante negra tuviera un perro. Pero Mister la acompañaba a todas partes, ella sentía un inmenso amor por aquel animal. Algunos años después, tras la muerte del boxer, Lady Day tuvo un par de chihuahuas.
La canción "Strange Fruit" fue considerada por la revista Time como la mejor canción del Siglo XX. Ese tipo de clasificaciones siempre son discutibles, pero yo en esta ocasión, no tengo nada que objetar. 
La canción fue compuesta por Abel Meeropol en 1939, y Billie Holiday  la hizo mundialmente famosa. Desde entonces, la canción y la memoria de Billie, van siempre unidas. 
Meeropol, era un profesor judio de origen ruso afiliado al Partido Comunista de los Estados Unidos. Un mal día, presenció el linchamiento y ahorcamiento de dos hombres negros. Quedó fuertemente impresionado y entonces escribió el poema Bitter Fruit, que más tarde musicó. Había nacido Strange Fruit, la mejor canción jamás escrita. Dice:

Los árboles sureños cargan extraños frutos,
Sangre en las hojas, y sangre en las raíces,
Cuerpos negros que se balancean con la brisa sureña.
Extraños frutos que cuelgan de los álamos.

Escena pastoral del galante sur,
Los ojos saltones y la boca retorcida,
Perfume de magnolias, dulce y fresco,
Y el repentino olor de carne quemada.

Aquí está el fruto para que lo arranquen los cuervos,
Para que la lluvia lo reúna, para que el viento lo absorba,
Para que el sol lo descomponga, para que los árboles lo suelten,
Esta es una extraña y amarga cosecha.