La oración de Begoña


¡Hola Ignacio!
Ya sabemos todos que eres un gran aficionado a las cosas curiosas, que te encantan las rarezas que tengan que ver con el mundo del perro. Por eso, el otro día me acordé de ti, cuando en la residencia se me acercó una mujer de 85 años y me dijo:
- Buenos días, llevo un rato paseando para ver si te encontraba.
- Pues aquí estoy Begoña, ¿qué quieres?.
- Mira Ibón, te voy a enseñar un papel que me dio mi padre hace muchos años, para que lo leas a ver si te gusta.
Desdoblé el  pequeño trozo de papel, ya muy viejo y descolorido por el paso del tiempo, confieso que estaba muy intrigado por lo que contendría. Lo leí asombrado, el padre de Begoña había redactado con máquina de escribir hacía décadas, una curiosa plegaria.
¡Qué cosas tiene esta vida! Begoña guarda en el cajón de su mesilla, dentro de una caja, sus recuerdos de toda una vida; y entre ellos, como la más valiosa de sus pertenencias, esta oración que su padre -gran amigo de los perros y de todos los animales- le entregó hace muchos años. 
Al final, no somos más que un cúmulo de recuerdos. Juntos, en muchas ocasiones, todos ellos caben en un caja.

Un saludo.
Ibón Aberasturi