El gobierno nazi estaba tan enfurecido con un perro entrenado para imitar a Hitler, que inició una campaña obsesiva contra su dueño finlandés, según documentos descubiertos recientemente.
El perro, Jackie, tenía como dueño a Tor Borg, un hombre de negocios de la ciudad finlandesa de Tampere. La esposa de Borg, Josefine, una alemana que no simpatizaba con los nazis, apodó al perro Hitler debido a la extraña forma en que el animal alzaba su pata, al igual que el saludo de los alemanes al führer al grito de ¡Heil Hitler!.
En plena Segunda Guerra Mundial, el ministerio de Relaciones Exteriores en Berlín ordenó a sus diplomáticos en el país nórdico, aliado de los nazis, que reunieran pruebas sobre el perro e incluso planearon destruir la empresa de distribución de productos farmacéuticos del dueño del animal.
Los historiadores no se habían dado cuenta de la historia extraña hasta que unos 30 documentos con varias cartas y mensajes diplomáticos fueron descubiertos por un investigador en los archivos políticos de la oficina alemana de Relaciones Exteriores.
El historiador estableció contacto con Klaus Hillenbrand, un experto que ha escrito varios libros sobre el periodo nazi, y examinó los documentos para un artículo que se publicará el sábado en el diario Die Tageszeitung.
En una entrevista con The Associated Press, Hillenbrand describió el episodio como “completamente estrambótico”.
“Justo antes de que los nazis lanzaran su ataque contra la Unión Soviética, no tenían nada mejor que hacer que obsesionarse sobre este perro'', dijo Hillenbrand.
El 29 de enero de 1941, el vicecónsul alemán Willy Erkelenz en Helsinki escribió que “un testigo, que prefirió no ser mencionado por su nombre, dijo... que vio y escuchó como el perro de Borg reaccionaba a la orden de 'Hitler' levantando su pata''.
Borg fue llamado a la embajada alemana en Helsinki e interrogado sobre las costumbres inusuales de su perro.
El finlandés negó llamar a su mascota por el nombre del dictador alemán pero admitió que su esposa lo llamaba Hitler. Intentó restar importancia a las acusaciones, diciendo que el movimiento de pata solo había ocurrido algunas veces en 1933, poco después de que Hitler llegara al poder.
Sin embargo, el ministerio de Economía alemán anunció que el conglomerado químico alemán IG Farben, que había suministrado los productos farmacéuticos del negocio de Borg, amenazó con eliminar su empresa finalizando su cooperación con él.
El ministerio de Relaciones Exteriores alemán intentó llevar a juicio a Borg por insultar a Hitler, pero al final, ninguno de los testigos potenciales estuvo dispuesto a repetir las acusaciones frente a un juez.
Borg murió a los 60 años en 1959 y su empresa, Tapereen Rohduskuppa Oy, se convirtió al final en Tamro Group, la principal farmacéutica de los países nórdicos.
Fuente: www.milenio.com