El arte de lo sencillo


Hace unos días acudí a la Ribera Baja de Navarra, con el objetivo de visitar unas cuantas explotaciones ganaderas. Reses bravas, vacas y terneros de engorde, ovejas, cabras y ganado porcino... la verdad es que vi un poco de todo.
A la hora de la comida -en un famoso restaurante de Marcilla- la compañía  fue realmente agradable, y la conversación amena y ordenada. Un verdadero placer. Por el contrario, las viandas fueron mediocres y la balanza de la cantidad y el precio, estaba mal tarada.
Pero hablamos. Hablamos sin parar y de los temas más diversos. De la actualidad política en aquella región y también en el resto del país. Hablamos -¡cómo no!- de la situación económica. Pero finalmente, a los postres, cuando la confianza se había instalado ya entre nosotros, hablamos de animales. Mi tema favorito.
Ricardo tiene bastante ganado. Tiene también ovejas, unas cuantas, alrededor de 6.000 cabezas. Para su cuidado emplea a tres granjeros y tres pastores, y casi una docena de perros. Hablamos de los perros de pastor. 
Yo, en seguida comenté algo que como visitante ocioso y observador de un pequeño pueblo, situado en un valle ganadero en el pirineo francés, he visto cómo sucedía:
Cuando llegué a aquellas tierras, hace ya casi una década, se podían ver perros pastores de diferentes tipos. No era difícil encontrar mis admirados Berger des Pyrénées trabajando con el ganado. Algún tiempo más tarde, empezaron a verse los primeros Border Collies
Yo acudía una decena de veces al año y, de una vista a otra, los borders empezaron a multiplicarse. Hoy en día, es difícil ver perros de trabajo en el pirineo francés que no sean border collies, o lleven mezclada sangre de alguno de ellos. El resto de las razas y tipos de perro de pastor están en recesión, por no decir que en extinción.
La clave de esta "plaga" es, al parecer, su capacidad de trabajo: absolutamente ilimitada. 
Pero por fin, el otro día durante aquella conversación con Ricardo, se me presentó la oportunidad que llevaba tiempo esperando. Tenía ante mi a un hombre observador y culto. Era mi momento, le hice la pregunta que reservaba para una ocasión así:
- Pero escucha Ricardo, los borders.... algún defecto tendrán ¿No?-
- Como todos los animales. Nadie es perfecto.-
- Y ¿cuál es el de ellos?-
- Son dos, uno general (de la raza, como si dijéramos) y otro que sólo les perjudica en este tipo de terreno.- 
- A saber.-
- Son perros con muy poca, por no decirte con ninguna iniciativa. Están todo el día pendientes del pastor, siempre esperando sus ordenes, que cumplen con prontitud y sin relajarse ni distraerse jamás del trabajo. Sin embargo, aquello que no les digas, no lo hacen. No se les ocurre. No tienen iniciativa.-
Yo escuché esta explicación con asombro, admirando la sutileza que había en aquello que Ricardo me decía. Y estaba feliz y agradecido por la lección de naturaleza y comportamiento animal, que mi nuevo amigo me estaba regalando. 
Ricardo, me explicó con todo detalle los diferentes comportamientos que tienen los perros de pastor ante el trabajo. Es un hombre que conoce el tema en toda su complejidad, lo ha observado y analizado, dedicándole sin duda mucho tiempo. Sólo así, es posible exponerlo con esa sencillez.
- ¿Y el segundo inconveniente?-
- Para estos terrenos de clima tan extremo en verano, ese tipo de pelo, y el color negro tan puro y dominante en el manto, los asfixia. Cuando el calor aprieta, esos pobres perros siguen trabajando, su cerebro no les permite parar ni dosificar el esfuerzo. Si el pastor no actúa con cautela, caen extenuados por un golpe de calor. Una pena.... es por ello que yo creo que para aquí, debemos buscarlos azules o rojos.-
Ya lo ven, una lección magistral sobre perros y naturaleza.